SI A LA TIERRA VIVA UN FUTURO SIN MINERIA DE TIERRAS RARAS

La minería de tierras raras no tiene sentido, no solo porque el proyecto «Neodimio» es solo un comienzo de lo que la empresa podría planear para una gran parte de la provincia de Ciudad Real durante una etapa de explotación, sino porque los expertos científicos han advertido que no es compatible con la preservación del medio ambiente y la biodiversidad que apoya la actividad agropecuaria. El suelo es un ser vivo y no se puede considerar como un elemento inerte de «quita y pon». Su biodiversidad microscópica y los diversos componentes de la cadena trófica que lo componen son responsables de muchos procesos ecológicos que son fundamentales para la producción agrícola.

Al alterar su estructura física y al fomentar el almacenamiento de agua, mejoran la disponibilidad de nutrientes para la vegetación y, por extensión, la salud de las plantas, los organismos del suelo son los principales agentes para la conducción de nutrientes, la regulación de la materia orgánica y la reorganización del ciclo del carbono. Estos servicios son un recurso fundamental para la administración sostenible de los sistemas de producción de alimentos saludables; además, son fundamentales para el funcionamiento de los ecosistemas naturales.

En la producción agroalimentaria y en la sostenibilidad del medio ambiente, los suelos agrícolas juegan un papel crucial, especialmente en un ambiente de sequía como el actual. Es fundamental protegerlos de actividades que puedan comprometer su productividad y fertilidad, por lo tanto. No debemos olvidar que, a pesar del «garantismo» de la legislación minera actual, cuya base es preconstitucional, no se han evitado verdaderos desastres ambientales en varios lugares del país que han tenido un impacto en los sectores productivos.

Asimismo, se encuentran las intenciones manifestadas por la empresa, quien incluso ha manifestado que pretende tratar minerales de otros países en la provincia, mineral que en el caso de las tierras raras dispone de trazas de elementos radioactivos como el torio y el uranio. Sencillamente, convertir la provincia de Ciudad Real en un vertedero de residuos contaminantes para el beneficio de unos pocos no es una solución ni futuro ni es compatible en forma compatible. Desde 2017, tanto la Junta de Castilla-La Mancha como los propios tribunales de Justicia, además, han rechazado los proyectos de la empresa al señalar que son «incompatibles e inviables desde el punto de vista medioambiental», respaldados por informes de diversas entidades de referencia como la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) o la Fundación Internacional para la Restauración de los Ecosistemas.

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