Las tinajas de barro: Fabricación y su uso para el vino

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Elaboración

Tinajas y tinajería han acompañado a la historia de la humanidad al permitir hacer y guardar en un espacio cerrado la mezcla que puede dar lugar a la comida o, en el caso que nos acompaña, como recipiente de mayor tamaño: la alquimia de la fermentación de la uva para hacer vino.

La tinaja que guarda las producciones agrícolas, desde cereales a aceite o vino, permite que los ciclos agrícolas puedan tener un uso amplio en el tiempo y transportarlas en el espacio. Sin duda, tinaja y desarrollo de la cultura van juntos.

Reservamos el nombre de Tinaja a una “vasija de barro cocido de considerable tamaño destinada a contener líquidos u otros alimentos”

Los protagonistas esenciales de la fabricación de tinajas son el barro (tierra arcillosa y agua), el calor del horno que la cuece y sin duda el artesano maestro alfarero que la confecciona.

Para la confección de tinajas, el barro que se utilizaba no podía ser cualquiera, debía ser elaborado con una arcilla rica en minerales como la caolinita y la montmorillonita que le da diferentes composiciones minerales y colores: colorado, amarillo, moracho y el negrillo.

El más utilizado debido a su suavidad era el barro amarillo, aunque en muchos casos se elaboraban mezclas para conseguir el color y la suavidad deseada.

Para la extracción del barro, el tinajero excava un foso de unos dos metros de ancho aproximadamente e iba profundizando hasta encontrar las vetas de barro. Por lo general, los pozos eran poco profundos, y gracias a un sistema de poleas y la ayuda de una mula se iba izando los capachos llenos de tierra hacia la superficie.

Para su elaboración el barro se amontonaba cerca del foso y se extendía en el suelo al aire libre, se araba para crear surcos y se dejaba secar al sol. Mientras se secaba, mediante un pico se iba desmenuzando los terrones más grandes de barro para hacer trozos más pequeños, haciendo más sencillo el posterior molido.

El barro se transportaba al obrador y ahí mediante un rodillo de piedra arrastrado por una mula se molía hasta quedar fino, los trozos que no se molían se debían cribar para separarlos del barro molido.

Una vez cribado estaba listo para el empilado, que consistía en llenar medio pilón de agua para luego verter el barro y dejarlo a remojo durante unas 10 horas. Después del remojo se batía a mano, se desempilaba sacándolo a brazadas del pilón y amontonándolo en una era de ceniza para luego extenderlo mediante un palo de madera (tendeor) que ayudaba a que se extendiese de manera uniforme para así conseguir un bloque de 3-4 centímetros de grosor que se dejaba secar durante 12 horas.

Luego el barro pasaba al obrador formando un gran bloque, se pisaba para amasarlo y darle consistencia, después de este amasado el barro aún no estaba en condiciones óptimas así que siempre se necesitaba dar un amasado manual del barro que se iba a utilizar cada día.

En esta imagen podemos observar como era la labor de pisado en una fotografía de la década de los 80′.

La tinaja

Para elaborar la tinaja se comenzaba por el empiezo, que consiste aplastar una bola de barro para hacer una circunferencia y sobre ella se le iban añadiendo churros de barro alrededor de la pieza.

Cada vez que se le añadía un churro, se debía arañar el barro para que el siguiente churro se pegase mejor, luego mediante un trozo de cuero suavizado se alisaba toda la superficie.

Un proceso importante en la elaboración de la tinaja era el paleteo, que consistía golpear repetidamente la pieza por el exterior con la paleta. Este proceso se realiza para quitar los poros y burbujas de aire que pueda tener el barro, eliminar el agua e ir dando la forma y espesor deseado.

Una vez el hecho el empiezo (formado por el culo y varias vueltas) se dejaba secar, para luego hacer la pieza de la barriga mediante más vueltas de churros de barro, finalmente se hacia la pieza final que era el embocado, consistía en ir estrechando la barriga de la tinaja y dejando una boca al final por donde se llenaría de vino u otro alimento, el ultimo churro era de más grosor que los demás y se denominaba “labio”

La cocción

Para la confección de tinajas, el barro que se utilizaba no podía ser cualquiera, debía ser elaborado con una arcilla rica en minerales como la caolinita y la montmorillonita que le da diferentes composiciones minerales y colores: colorado, amarillo, moracho y el negrillo.

El más utilizado debido a su suavidad era el barro amarillo, aunque en muchos casos se elaboraban mezclas para conseguir el color y la suavidad deseada.

Para que la tinaja no se moviese se sujetaban con unos trozos de teja o de tinajas rotas, para finalmente tapar el horno por la parte de arriba con tejas a lo que llamaban encascado y cerraban la puerta con adobes.

La cocción solía durar unas 12 horas, primero se templaba el horno añadiendo leña poco a poco para que el cambio de temperatura no fuese brusco ya que se podrían romper las piezas si esto ocurriese.

Después de varias horas de ir añadiéndole más leña, saldrá la bravera que es el fuego que sale por encima del horno. Unas 3 horas más tarde se va dejando de echar leña poco a poco para proceder al mirado del horno, si las piezas estaban incandescentes, al rojo vivo significaba que ya estaban limpias y cocidas.

Finalmente se dejaba enfriar el horno durante 3 o 4 días y se empezaba con el deshornado, que era ir sacando hacia afuera las tinajas del horno, pero aún falta un último proceso importante que era regar las tinajas durante 4 horas constantemente para que cogiesen fuerza y que no se desprendiese ningún trozo.

Maestros tinajeros

La fabricación de tinajas ha sido tradicionalmente un oficio familiar. El padre de familia ha dado su nombre y apellidos con los que muchas veces se firmaban las tinajas. La continuidad de las tinajas venía de los hijos que alargaban la saga y la ramificaban.

La distribución geográfica de la extracción de arcillas en España corresponde a las actuales regiones de Madrid, Castilla La Mancha, Extremadura, Murcia y Andalucía. Allí donde la falta de madera hacia útiles las concentraciones de arcilla.

Aquí podemos ver unos ejemplos de como eran los sellos de los maestros tinajeros:

En el siglo XIX al gran incremento en la producción y consumo de vino hizo necesaria una floreciente industria tinajera ubicada en las zonas de producción y sus cercanías que se continuó hasta inicios del siglo XX cuando comenzó su declive.

En la forma que hemos explicado y con los materiales tradicionales hoy casi no se hacen tinajas. Sin embargo, debido al interés de la industria del vino por utilizar las ventajas de las tinajas, ha aparecido una industria cerámica específica para vino, con recipientes dotados de las bocas y usos habituales de esta industria, pero cuya principal diferencia radica en los materiales de construcción, que no son las tradicionales arcillas, sino que corresponde a modernos materiales cerámicos y cementos, con otras cualidades constructivas y su efecto sobre el vino.

Elaboración de vino en tinaja

  • Las características mas importantes de la tinaja a la hora de la elaboración son:
  • Efecto de la capilaridad y microoxigenación constante, que consigue en los vinos tintos eliminar notas de verdor y astringencias.
  • Material inerte que ayuda a una fermentación respetuosa a las condiciones varietales.

La maduración en tinaja

  • La maduración en tinaja mejora la percepción en boca, mejorando la sensación de cuerpo y volumen.
  • Disminuye el amargor de los taninos ayudando así a que los vinos sean mas fáciles de beber.
  • Estabiliza y mejora la percepción de postgusto considerablemente.

Crianza en Tinaja

  • La crianza en tinaja tiene unas cualidades diferentes en cuanto a la crianza en barrica, la más importante es que el vino que no se ve modificado por sabores y aromas a madera.
  • Respeta y mantiene el sabor varietal
  • Los vinos mantienen siempre sus sabores primarios y profundiza en la madurez

Vinos naturales en tinaja de arcilla

Si esta curiosa historia sobre las tinajas te ha gustado ven a visitar nuestra bodega en Valdepeñas y disfruta en persona.

Tinajas de arcilla con 200 años

  • En nuestra bodega las seguimos utilizando para elaborar vinos ecológicos y naturales.
  • Mantener la tradición en la elaboración es una de nuestras premisas.
  • Podrás ver tinajas de arcilla de hasta 6000 litros elaboradas a mano en el siglo XIX.

Adéntrate en nuestra cueva centenaria

  • Donde los vinos maduran tanto en tinajas o barricas de roble, madurando en el tiempo y adquiriendo otras sensaciones y gustos.
  • A 9 metros de profundidad y picada a mano hace más de 100 años.

Explicamos todo los procesos para elaborar los vinos de una forma sencilla y didáctica.

Visitas donde se conocerán cómo el vino pasa de la viña a tu mesa de una forma tradicional y ecológica. Una visita más personal donde podrás preguntar cualquier tipo de duda.

Al final de cada visita una cata comentada con aperitivos donde te explicaremos cómo catar el vino, cómo combinarlo con comida y así descubrir nuevas sensaciones.

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