Cuevas bodega, aliadas naturales del vino

Aspecto original de la cueva de La Bodega de las Estrellas, en Valdepeñas

En el fascinante mundo del vino, las cuevas, no son sólo lugares de almacenamiento, sino auténticos custodios de la rica historia del vino. Más allá de resguardar las tinajas de barro y las barricas de vino añejo, estas cavidades subterráneas encapsulan siglos de tradición y experiencia enológica. Son como archivos subterráneos que conservan la esencia de cada cosecha y el saber acumulado a lo largo del tiempo. La cueva de La Bodega de las estrellas cuenta con más de un siglo de antigüedad.

En este artículo, indagaremos en las razones que hacen de las cuevas el hábitat perfecto para el vino. Estas estructuras ofrecen condiciones idóneas, como temperaturas estables y oscuridad total, preservando las características únicas de cada botella. Además, exploraremos las características clave que definen una cueva de tinajas artesanal y natural. En esencia, las cuevas son más que meros almacenes; son guardianas del legado vinícola, asegurando que cada copa cuente la historia no solo de la uva, sino también del arte de su cuidado y envejecimiento.

Aspecto original de la cueva de La Bodega de las Estrellas, en Valdepeñas
Aspecto original de la cueva de La Bodega de las Estrellas, en Valdepeñas

Guardianas de la Tradición: Por qué el vino se madura en cuevas

Desde tiempos inmemorables, las cuevas, primero de tinajas y después de cubas, han sido el refugio natural para el vino, y esto se debe a razones sólidas. La clave está en las condiciones excepcionales que ofrecen para el almacenamiento. La temperatura constante de estas cavidades proporciona un entorno estable, esquivando las variaciones térmicas que podrían afectar negativamente al vino.

La oscuridad imperante en las cuevas se convierte en una aliada al actuar como una defensa esencial. Protege al vino de la influencia dañina de la luz, salvaguardando sus características originales y preservando su calidad a lo largo del tiempo. Además, la estabilidad del terreno subterráneo crea un entorno sereno, libre de vibraciones y perturbaciones, permitiendo que el vino envejezca de manera pausada y armoniosa.

En este sentido, las cuevas bodega se revelan como la aliada perfecta al proporcionar un refugio que resguarda nuestros apreciados vinos, asegurando que el vino evolucione en un entorno que respeta sus propiedades y matices originales. Estas cavidades subterráneas no solo albergan botellas, tinajas y barriles, sino que custodian la esencia misma de la cultura del vino, permitiendo que cada sorbo cuente la historia auténtica y sin adulteraciones.

Aspecto original de la cueva de La Bodega de las Estrellas, en Valdepeñas
Bajada a la cueva-bodega

Características Clave: La Anatomía de una Cueva Bodega

¿Cómo debe ser una cueva para convertirse en el hogar perfecto para el vino? Aquí desglosamos las características esenciales:

Temperatura y Humedad Controladas

  • Temperatura Constante: Entre 10-15°C para evitar fluctuaciones dañinas.
  • Humedad Óptima: Manteniéndose entre el 70% y el 80%, ideal para la conservación.

Ventilación y Circulación de Aire

  • Buena Ventilación: Garantizando un flujo de aire constante para prevenir olores indeseados.
  • Control de Olores: Evitando infiltraciones que puedan alterar la calidad del vino.

Protección ante la Luz

  • Oscuridad Total: Reduciendo al mínimo la exposición a la luz directa o utilizando iluminación tenue y controlada.

Espacio y Distribución Adecuados

  • Suficiente Espacio: Permitiendo el almacenamiento sin aglomeraciones, con distancia para la circulación del aire.
  • Suelos y Paredes Porosas: Construidas con materiales que permitan la absorción gradual de la humedad.
  • Profundidad: La profundidad ideal para este tipo de cuevas es de 9 metros.

Acceso

  • Acceso Controlado: Puertas o cortinas para regular el ingreso y evitar cambios abruptos de temperatura.

Para que una cueva se convierta en el hogar perfecto para el vino, debe contar con características específicas que aseguren condiciones óptimas de conservación. La temperatura constante es crucial, manteniéndose entre 10-15°C para evitar cambios bruscos que puedan perjudicar al vino. La humedad juega un papel vital, siendo óptima entre el 70% y el 80%, creando un ambiente propicio para la conservación a largo plazo.

La ventilación y circulación de aire son esenciales. Una buena ventilación garantiza un flujo constante, evitando olores no deseados. La oscuridad total, o iluminación tenue y controlada, protege al vino de los efectos negativos de la luz.

El espacio y distribución adecuados también son fundamentales para propiciar la circulación del aire entre las tinajas, cubas y botellas. Los suelos y paredes porosas, excavadas directamente en la tierra, absorben gradualmente la humedad y contribuyen a un ambiente equilibrado.

Las cuevas de tinajas se excavan aproximadamente a 9 metros de profundidad. A esta altura se consigue recrear de manera natural las condiciones adecuadas para la conservación y maduración del vino. En algunos casos se excavaba a cielo abierto, es decir, se procedía al vaciado total del plano de la cueva y posteriormente se construía encima una cúpula de ladrillo que posteriormente se cubría de nuevo con tierra para recuperar la atmósfera húmeda necesaria para la correcta conservación del vino.

En Valdepeñas, debido a su orografía rocosa, la excavación de cuevas fue una ardua tarea que durante siglos fue trabajado por mujeres. Estas mujeres, conocidas como ‘las terreras’, merecen una entrada en nuestro blog.

Vista de las barricas en la cueva de La Bodega de las Estrellas, en Valdepeñas

Pasado, presente y futuro de las cuevas de tinajas

Como ya hemos podido comprobar, las cuevas han formado, forman y seguirán formando parte del mundo del vino. La unión de ambos conceptos, vino y cueva, permanecerán indeleblemente unidos a perpetuidad a la insustituible labor que, de manera pasiva, desarrollan las cuevas en el almacenamiento y maduración de nuestros vinos.

Por nuestra parte, les invitamos a visitar La Bodega de las Estrellas y poder contemplar nuestra cueva bodega, aún en funcionamiento, donde podrán contemplar las tinajas de barro cocido, seña de nuestros vinos, así como cubas y botellas con nuestros mejores vinos.

La Cueva de La Bodega de las Estrellas

La cueva de nuestra bodega ha experimentado multitud de cambios desde que fue excavada hace más de un siglo. Testigos de todos estos cambios son las tinajas más antiguas, situadas al fondo de la misma, donde podemos observar en su superficie el año de su fabricación en relieve, 1923.

En un principio la bodega al completo se encontraba repleta de tinas, no obstante, los cambios en el gusto del consumidor, así como las distintas iniciativas de la bodega y elaboraciones más variadas, hicieron que las barricas de roble francés hicieran acto de aparición.

Si bien en un momento dado los vinos en barrica cobraron gran protagonismo, ha sido bajo la tutela de Dionisio cuando se ha recuperado la tradición de madurar los vinos en tinajas de barro cocido, todo un homenaje a la historia de Valdepeñas y su legado vinatero.

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